miércoles, 16 de diciembre de 2015

Ideas para almacenar y guardar ropa de bebé

Llamadme loca, pero lo que a mi me gusta guardar cositas pequeñas no es normal. No hablo de organizar bisutería, alfileres o piedras del parque sino de las cosas del bebé.

Pichón, que ya empieza a quedarse lejos del bebé que fue -y del término bebé en general- tiene bastantes cosas guardadas, no para él logicamente porque ya no le valen, sino para los que vengan bien sean nuestros o de los tíos.

Algo que disfruté de hacer mucho en el embarazo fue organizar, clasificar y ordenar la ropa por tallas y estación. Ese fue mi síndrome del nido, por decirlo de alguna manera. Pues que cuando me dieron toooda la montaña de ropa de bebé todavía no teníamos el piso como Dios manda, la clasificación la hice en casa de mis padres y me lo pasé pipa. Eso de coger bodys de distintos tamaños y pensar que es muy pequeño o demasiado grande es una sensación indescriptible. Luego los bebés nacen, crecen  se reproducen y miras la ropa que se les ha ido quedando pequeña y piensas que en qué momento creíste tu que ese pijamita verde era enorme para tallar 6 meses cuando ya le ha quedado pequeño recién cumplidos los 5.

Cuando estás embarazada toda la ropa de bebé parece gigantesca, especialmente los pijamas enteros. Repitiendo el mismo ejemplo de antes, cuando Pichón cumplía un año y yo clasificaba la ropa talla 2-3 miraba los pijamas boquiabierta de lo grandísimos que me parecían, y las camisetas se me antojaban para un niño de 4 años. Ahora, los llena, y a mi me vienen los recuerdos de aquellos meses en los que no me parecía que el tiempo fuese a pasar taaaaan rápido. Pero venga, que no me lío.

Las manchas fantasma.

Un daño colateral de la lactancia materna es el contenido en grasa que tiene la leche, y que si por cualquier motivo toca la ropa del bebé es muy probable que ya quede ''marcada'' de por vida.

 Me explico: Pichón usó pezonera practicamente toda la lactancia, esto suponía que a veces la quitaba sin querer o se soltaba por un mal movimiento cuando Pichón estaba dormido. Esto hacía que hubiese un pequeño charquito al final y al quitarla se vertiera parte del contenido, o mismamente que al quedarse dormido dejase resbalar los últimos tragos.
¡Ponle babero! Pensaréis. Ya, ya, el problema es que los baberos me parecen un rollo para un recién nacido, como que no le veo cómodo. Los usé pero sin atar, se los ponía entre el cuello y la parta baja de mi pecho para que, en caso de goteo, no le mojase la ropa porque además habría que cambiársela después.

Aún con todo, es inevitable. La lavas, se seca y la guardas impoluta, pero cuando vuelves a abrir esa caja varios meses después, las manchas amarillas en la zona de los hombros -o donde caiga la leche- hacen acto de presencia. Es como un hecho paranormal, lo vuelves a lavar, se seca y lo guardas impoluto. Y vuelves a abrir la caja varios meses después y ahí sigue, la maldita mancha, como si fuera un fantasma del pasado.
A día de hoy no he encontrado la solución para que no aparezca.

Dónde y cómo guardar la ropa.

Yo le he ido guardando por tallaje y estación. Para empezar he pasado de cajas de cartón o bolsas de plástico porque ese es el principal motivo de deterioro de la ropa, por lo que me hice con un arsenal de cajas de plástico con tapa.

1. Hice distintas torres:
-Bodys.
-Camisetas.
-Pantalones.
-Varios (calcetines, guantes, gorritos, baberos...)


Ropa de Pichoncete de 0 a 3 meses.

2. La caja la dividí en dos, en una mitad metí la ropa de manga larga y más gordita y en la otra de manga corta y más veraniega. El caso es que poca ropa os coincidirá así y más bien será cuestión de tallas. Por ejemplo, Pichón tiene prácticamente toda la ropa de 0-6 meses de otoño invierno, con alguna cosa de manga corta y primaveral por el medio que he puesto al final. Luego toda la de 6-9 es de verano, y a partir de ahí vuelta al invierno. Teniendo en cuenta que esto es Galicia, es probable que en zonas de climas extremos os suceda lo mismo y acabéis simplemente guardando por tallaje y no por estación.

Al principio y por comodidad iba guardando según se le iba quedando pequeño, al final cada semana iba a la caja a guardar y me parecía un rollo -luego os digo el porqué- por tanto, decidí que iba a acumular en uno de sus armarios la ropa que no utilizaba hasta que hiciese el cambio completo de talla y así poder guardarla toda de una vez, bien ordenada. A día de hoy es como lo sigo haciendo.
Luego, al meter según queda pequeño te encuentras que toda la ropa de recién está al fondo, y de cara a un nuevo uso no me parecía cómodo  y le di otra vuelta de tuerca: acumulaba dos tallas de ropa y metía primero la grande y luego la pequeña.

Siento nostalgia bebil.

La primera caja que cerré va ordenada así: de abajo a arriba, 3 meses, 1 mes y recién nacido. La próxima vez que la abra tendré primero lo de recién nacido y no la talla 3. Esto ya son manías de una.
3. Para separar entre tallas y que no se mezcle la ropa utilicé las toallas de baño que se le fueron quedando pequeñas en ese tiempo. Si no tienes puedes usar algún tipo de bolsa de plástico o papel de burbujas (recuerda, el cartón y el papel deterioran la ropa).

Separador entre tallas, una toalla.
4. Para terminar, una vez que la caja está completa, la cierro bien y la encinto en la junta de la tapa con la caja con cinta de carrocero. La intención es que no se me puedan colar arañitas o bichos varios, que no entre polvo y demás. La principal desventaja es que si algo podía respirar la ropa, de esta forma no respira nada, pero en mi casa tenemos habitantes salvajes que nos entran por la terraza y ya nos hemos llevado sorpresas entre la ropa, me daría mucha rabia sacar las cositas de bebé y encontrarme una araña muerta en el medio.

Caja terminada y bien cerrada. Protección anti bichos.

5. Marcar la caja: lo que hay dentro y la talla. Luego almacénala donde más te guste.

Y de regalo, una de Pichón jugando con la ropa mientras la guardaba.



Y vosotras, ¿Cómo habéis organizado la ropa de vuestros peques? ¿Cajas, armarios, la habéis regalado directamente?

viernes, 4 de diciembre de 2015

Cómo cambiar el freno de Jané Muum

¡Ay amigas! Lo que he sufrido yo con mi carro cuando se me rompió el freno una buena tarde, hace ya un año. En mitad de la calle, con la rueda bloqueada y sin poder echar a rodar a 100 metros de mi casa.
Tuvo que venir PapáPichón al rescate para cargar con la silla plegada el tramo que nos quedaba y yo con Pichoncete en brazos dando saltos a placer.

Lo cierto es que si una pega le tengo que poner a nuestra silla favorita, es el tipo de freno que tienen los Muum antiguos, pues el nuevo tiene incorporado un freno pedal -de pie- con otro sistema, presupongo que mejor y más duradero. Los frenos de Jané Muum de los últimos años son como unos frenos de bici: dos cables de acero sujetos a unos tiradores con unos muelles, y ya.
La mala suerte y mi poco afán por revisar el carro a menudo  -cosa que veo innecesaria- hizo que no me fijase en que uno de los cables estaba empezando a deshilacharse, con lo difícil que es eso en un cable de acero, pero deduzco que con el uso y el roce de la pieza de plástico la cosa fue a más.

miércoles, 25 de noviembre de 2015

Ellas Hablan [Malformación Uterina]: Merimeri de El Peso de la Infertilidad.

Tenía muchisísimas ganas de volver a retomar este rincón de mi blog y hoy vuelvo fuerte para traeros a la que muchas conocéis por Merimeri del blog El Peso de la Infertilidad.

Como muchas de las que llegan aquí un poco perdidas, ella también tuvo que lidiar con una malformación uterina encontrada más tarde que temprano a pesar de haber tenido numerosas revisiones ginecológicas anteriormente, algo común en este mundillo.

Ahora, a escasas dos semanas de verle la cara a su hija, nos cuenta su experiencia.



Empezaste tu búsqueda con 24 años, justo la edad en la que yo me enteraba de que tenía una malformación uterina. ¿Cuánto tardaste en enterarte de que tenías una malformación?

Me enteré de la malformación hace un año, con 28 años, hasta entonces siempre me habían dicho que tenía el útero perfecto y eso que había pasado por una histerosalpingografia con 25 años, mas de 10 ginecólogos (con sus tropecientas ecografías) y por último una histeroscopia con 27 años donde solo vieron una endometritis pero nada de malformación.

¿Qué información te encontraste en el camino  y cómo te lo tomaste?

Me lo tomé muy bien porque por fin encontraba el motivo de mi infertilidad, y  el por qué tenía tantos abortos bioquímicos. También porque sabía que estaba en las mejores manos y que me lo solucionarían. Leer información sobre mi malformación uterina me tranquilizaba bastante porque coincidían mis síntomas asi que sabía por fin que mi infertilidad no era de origen desconocido.
Además de que la Dra. Crespo (que ha descubierto todas las malformaciones de las blogueras, por lo visto) te solucionara la malformación, cosa poco habitual en ginecología, los problemas siguieron sumando. 

¿Crees que todo viene en defecto junto con la malformación o simplemente habrían estado ahí igualmente?

La malformación que tenía era el útero en forma de T con un pequeño tabique arriba, provocaba también que las paredes del útero fueran como piedra, es decir que era tejido en el que era muy difícil de que un embrión se implantara. A parte de eso tenía unos puntitos rojos que eso era causado por mis hormonas y esos puntitos rojos mataban también a los embriones, por tanto se supone que no tiene que ver con la malformación, pero que mejoró muchísimo con la histeroscopia quirúrgica que me corrigió el útero y haciéndolo un poco mas grande ya que también a parte de la forma de T, lo tenía pequeño. Por tanto, ahora mi mayor preocupación ya no es la malformación porque tras la operación se supone que está arreglado, si no esos puntos rojos y que tiene causa hormonal mucho mas difícil de tratar.

¿Los embarazos bioquímicos han sido culpa de un útero malformado?

Si, ahí se juntó varios factores, útero pequeño, útero en forma de T  provocando que  el tejido de las paredes del útero fuera fibroso  y aparte los puntos rojos (la endometritis).
Has llevado un pesario en la mayor parte de tu embarazo. Hay  muchas mujeres que no saben que eso existe y tampoco se les informa. ¿Cómo ha sido tu experiencia con él?

Buenísima! A las 26 semanas me lo pusieron porque mi cuello del útero se había acortado mucho. Lo normal es que te hagan un cerclaje pero al estar de tantas semanas no era recomendable, asi que cuando me comentaron lo del pesario pensé que no haría mucho porque es simplemente como un anillo de silicona que tapona el cuello del útero, estuve con mucho miedo al principio y en resposo absoluto unas cuantas semanas, pero al ver que cada vez me iba moviendo y el pesario iba aguantando mas, aunque ya solo me recomendaban reposo relativo, poco a poco fui probando a hacer mas cosas  (por ejemplo el día que tenía gine, una hora antes de entrar a la consulta me fui a un Centro Comercial a hacer algunas compritas y luego cuando me hizo el tacto el ginecólogo me decía que todos seguía igual, asi que eso me daba mucha confianza)

Aun asi he tratado de no salir sola de casa, y por casa moverme lo que quisiera.
A parte del pesario he estado tomando progesterona 3 veces al día para relajar el útero ya que también tengo el ÚTERO IRRITABLE, es decir que tengo contracciones consntantes, la tripa se me pone dura y puedo estar una hora, dos…sobre todo en cuanto me pongo de pie y ando.

La única pega es la cantidad de flujo que sueltas con él porque el cuerpo lo reconoce como un objeto extraño y segregas mas flujo a parte que dentro del anillo se forma como una balsita y cuando cambias de estar tumbada a estar sentada “se desborda” y  de ahí que haya tanta cantidad de flujo. Al principio te crees que es liquido amniótico pero cuando ves que sigue unos patrones (sobre todo tienes mas cantidad cuando te levantas por las mañanas, o tienes que hacer del vientre…) también te llegas a tranquilizar y saber que es todo normal, aun asi, algunas  mañana me tenía que cambiar de braguitas 3 o 4 veces.

 Y ya estás en la recta final, todas las que pasamos por ciertas complicaciones, abortos y una larga lista de médicos sabemos de donde venimos ¿Crées que podrás olvidarte solo un poquito de todo lo vivido o cruzarás ‘’al otro lado’’?

No creo que lo olvide porque mi bebé ha sido fruto de una FIV y si quiero tener mas bebés tendré que recurrir a FIV por tener la endometritis, ya no por el utero en forma de T, además tengo 6 preciosos embriones esperándome, y espero que mi cuerpo los acepte, no los rechace por culpa de una malformación o problemas de mi útero. Además que no sé si volveré a ser madre , si habrán mas problemas, por tanto es imposible “cruzarse al otro lado” , me siento mucho mas identificada con las personas que no tienen hijos que con las que si que pueden tenerlos. Es mas, aun estando casi de 38 semanas, no me creo que dentro de mi lleve una personita. Me sigue doliendo enterarme de embarazos ajenos, aunque no con la misma intensidad de antes. El embarazo me está sirviendo para curar la herida de la infertilidad, pero la cicatriz estará para siempre.

Tras cinco largos años has conseguido el objetivo principal: ser madre.
Ahora con 30 te enfrentas con otra mirada y otra madurez a tu maternidad. Cuéntanos lo que sientes, lo que te apetezca, déjanos un mensaje para otras chicas como tu. Este es tu momento.

Casándome tan jovencita (a los 23 años) nunca pensé que se alargaría tanto esto de ser madre y ahora que estoy a las puertas de la treintena, siento que aunque el camino hacia la maternidad ha sido duro, largo y doloroso, me ha dado tiempo a crecer mucho como persona, a ser mas empática con la gente, a no juzgarla, a valorar el hecho de poder ser madre, a tomarlo como un regalo, a vivir el día a día, y eso servirá también cuando sea madre y haya malos momentos, porque creo que viviendo cada instante, cada hora, sin pensar en el futuro que es cuando te empiezas a agobiar (¿no dormiré tampoco durante una semana mas, un mes mas? ) es como se tiene que plantear las cosas, relativizar los momentos… Estos años he aprendido que quiero huir de la infelicidad, de lo negativo… he llorado mucho y me he dado cuenta que asi no me gusta vivir,  ahora sé que todo TODO, (menos la muerte) tiene un lado positivo. Me siento mas fuerte que nunca y aunque ser madre puede ser muy difícil, creo que estos años me han dado muchas herramientas que no sabía que existían para afrontar momentos duros. Estoy deseando ver la carita de mi bebé, tenerla entre mis brazos, mirarla y me emociono solo al pensar que esto en apenas unas semanas va a pasar…por fin. Pero por otro lado siento miedo a no poder volver a ver un test de embarazo positivo, sentir crecer a un bebé dentro de mi, también tengo miedo del post parto, pero espero que lo aprendido hasta llegar hasta aquí, me sirva para saber cómo reaccionar en cada momento.

Me siento muy afortunada por estar cumpliendo mi sueño, pero todo esto ha sido fruto de una lucha, porque yo siempre tuve la intuición de que mi problema estaba en el útero, mis reglas siempre habían sido muy muy escasas, cuando era más jovencita tenía muchos sangrados entre reglas, y al  empezar la búsqueda también me pasaba esto. Cuando empecé con los tratamientos vi que mi endometrio era muy fino, aunque en algunas ocasiones llegaba a 7mm pero nunca vi que pasará de ahí.  Con los abortos bioquímicos me di cuenta que el problema no eran los embriones, una vez mas apuntaba a mi útero. Y aunque todos los ginecólogos me decían que estaba bien, sabía que no era asi, y busqué , busqué y busqué hasta que di con una gine que con solo una ecografía vio mi problema de útero. Si ponía el ecógrafo en una posición, efectivamente se veía bien, pero si lo miraba desde otra perspectiva, si ponía el ecógrafo desde otro lado, se veía perfectamente que no era un útero normal. No me importó recorrer 1800 km para que una doctora me pusiera nombre a mi problema. Asi que para mi lo mas importante es no rendirse, buscar mas de una opinión porque los médicos a veces se equivocan, y es asi como he conseguido a mi pequeña.


Me siento satisfecha y muy feliz y ojalá todas las personas que quieran ser mamis lo consigan.


¡Muchas gracias merimeri! Desde aquí te deseamos muchísima suerte en esta nueva etapa de tu vida, tan especial y tan mágica, disfrútala bien porque ahora es tu momento.

Si vosotras también queréis participar en esta sección podéis escribirme a :
sereducadorahoy@gmail.com

¡¡Un abrazo!!

jueves, 12 de noviembre de 2015

Marcas que valen la pena.

Las que me seguís a menudo ya sabéis que yo soy firme defensora de contar lo bueno y lo malo de las cosas, especialmente de las marcas o productos que uso. Que no me caso con nadie, vamos.

Hoy no vengo a hablar de ningún producto para bebés, más bien de un producto familiar. No, tampoco es una entrada patrocinada, lo hago porque quiero y por que es lo justo. En nuestra casa consumimos mucho volumen de productos de Postres Reina. Somos fans absolutos. Empecé por las gelatinas para mis talleres para niños y luego seguí con las natillas con galletas -deliciosas- antes del embarazo, durante y después.

miércoles, 15 de julio de 2015

Imprescindibles del bebé para el verano.

¡Oh! ¡Verano!


Aquí, en la costa Atlántica, que el calor achucha y la humedad hace que te sude hasta el último poro de la piel. Con ese agua azul que te corta la respiración y te blanquea los pies -del frío que da- cuando empiezas a meterte tímidamente. Esa arena fina y blanca que arde cuando vuelves a la toalla.

Pues sí, que ha llegado el verano, y este es el primer verano de Pichón en la playa. Con 18 meses, ya sé, podría haberlo llevado antes pero no sentí ninguna necesidad de llevar a un bebé de 6 meses que es pálido a torrarse al sol. Que no, que no. No lo veía.

Ahora que ya tiene 'una edad' la playa la está disfrutando muchísimo y yo con él. Además tenemos la suerte de tener playas de arena fina -Luli y Ariel, esas playas de piedras me han dado dolor de espalda- y es una maravilla verlo jugar con palas, cubos y escapando de las olas a la vez que se divierte cuando rompen en la orilla.

Hoy os traigo mis imprescindibles veraniegos para ir con bebé, que ir a la playa con un niño no quiere decir ir cargadas como mulas, pese a que la mayoría va así.



1. Una buena sombrilla.

Si no podéis aseguraros un sitio de sombra siempre será bueno tener una sombrilla a mano. Pero os tiréis a lo barato, una con protección contra los rayos solares y a ser posible de las que se puedan orientar hacia el sol según convenga. Os parecerá una tontería, pero una buena sombrilla a veces hace mucho más que una camiseta.

2. Una toalla.

Nosotros usamos una toalla maxi, de esas que caben dos adultos sobradamente y un niño a los pies. Solo esa toalla hace por dos, pero me ahorro doblar una y luego otra y hacer tetris. Una toalla grandota sirve para envolver al peque cuando está muy mojado y hay que secarlo, aunque luego a nosotras nos quede una punta seca con la que intentar quitarnos la arena.
También está la opción de que usen su propia toalla, pues a muchas mamás les molesta mucho que su toalla se llene de arena, a mi la verdad, me da igual.

3. Protección solar 50.

Un buen protector solar, por favor, ¡por favor! Da igual si el niño es muy moreno de nacimiento o es blanco como la leche, un factor 50 es lo mejor para los niños pequeños por el bien de su piel. Especialmente si nos vamos a tirar más de una o dos horas en la playa.
La crema hay que echarla media hora antes de la exposición solar y repetir cada cierto tiempo una vez expuestos.
El otro día vi cómo dos madres diferentes, una con un bebé, tuvo a la criatura media hora sin nada al sol hasta que se acordó de la crema y se la echó con mucha prisa. De verdad que sufro viendo esas cosas.
Además hay que buscar una crema solar con filtro físico y pantalla total. Nosotros usamos Pediatrics desde el año pasado y se la pongo hasta para salir al parque, igual que el año pasado que siendo bebecito se la ponía para pasear en el capazo.

4. Una muselina o similar.

Las muselinas no ocupan nada y viene genial para cuando se largan una siesta y empieza a correr el airecito, que ya se sabe que las gripes veraniegas las carga el diablo.
Nosotros usamos una mantita, su mantita. Nunca se la he usado en la playa pero sí a la vuelta cuando corre el aire y se ha quedado frito en el carro. Eso sí, se tapa al niño, nada de cubrir el carro completo con ella.

5. Agüita güena.

Hidratación ante todo. Si dais pecho pues pecho, especialmente los menores de un año. Si quiere agua pues agua, pero tener a mano algo que pueda ir tomando el rato que estemos en la playa. Nosotros llevamos la siguiente botella de la misma marca que la foto, no ocupa nada y es fácil de mantener fresquita.

6. Un piscolabis.

Algo de picar, por Dios. No sé a vosotras pero a mi la playa me da hambre cuanto más tiempo paso en ella. Hambre y sueño, no sé por qué. He puesto foto de un melón porque junto con la sandía es lo más fresquito que se puede tomar en la playa, además ya tiene mucha agua por lo que también nos hidratamos. Nosotros alternamos melón o cerezas, pero vale cualquier otra cosita que los niños coman, siempre que no se le llene de arena, que no a todos les gusta ese crugir en la boca. Puaj.

7. La cacharrada.

Esto es algo que no puede faltar en cuanto el niño sabe sentarse. Un cubito y una pala, aunque sea pequeñas, por eso de la manipulación y experimentar con la arena y el agua. Que tampoco hace falta ir cargados con un saco de cosas, con un par cuando son pequeños valen, y con dos o tres cuando son más mayores también. Nosotros llevamos cubo mediano, una pala y un camión pequeño y ya está, que tampoco hay que cargarse innecesariamente.


Yo creo que no se me ha olvidado nada, eso es lo que para nosotros es imprescindible. Ni para vientos engorrosos, ni cunitas veraniegas plegables, ni ná. Nosotros así, con lo mínimo y sobre todo...¡¡que quepa en el carro!!

¿Con qué os cargáis para ir a la playa? ¿Podríais prescindir de algo?