A escasos 2 días (laborales) de acabar en el trabajo y a 5 días (naturales) de empezar de nuevo las clases -esta vez exclusivamente como alumna porque en mi estado no encontraría un trabajo 'ligero'- me he dado cuenta de que mis rebuznos y suspiros por el año que me espera -recordemos, embarazo y nacimiento de la criatura- y es que esta carrera que estoy haciéndome en 3 años no va a ser tan larga como yo pensaba.
No me estoy refiriendo a que las materias de este año vayan a ser entretenidas o no, a si entre el embarazo y la carrera esto va a ser un visto y no visto. No, no....
La carrera más larga de mi vida tiene fecha de inicio y no se le ve el fin. La carrera más larga de mi vida es/será ser madre. No vamos a engañarnos, ya tenía ciertas ideas sobre este asunto, pero gracias a tener las tardes libres tengo más horas de reflexión y desde que estoy embarazada reflexiono mucho (de tal palo...). Para mi es todo un orgullo pertenecer a la Universidad de la Vida, esa en la que cada examen es más difícil que el anterior, donde algunos suspensos no son recuperables en Septiembre, donde las prácticas son las vivencias del día a día, aquella en la que no necesitas folios sino solo tomar apuntes mentales y tropezar dos veces en la misma piedra hasta caer de la burra y rectificar, donde tus compañeras y compañeros son tu familia y esas personas que aprecias que aportarán algo en 'tus estudios'.
Sí... me acabo de dar cuenta de que llevo 25 años en esta Universidad, y yo con 17 pensando que nunca entraría en una, qué ironía de la vida... Pero los años básicos están acabando y ahora empieza el Master o el Doctorado, ahora viene lo duro, lo bueno, las horas interminables para al final de la vida presentar tu Tesis. Mi Máster será mi hijo y los hijos o hijas que vengan detrás. Mi mejor profesor sin lugar a dudas, podrá ser exigente o blandito pero no lo sé, nos presentarán en Enero, justo en mi segundo cuatrimestre de la carrera académica (la de Magisterio) y entonces podré saber si será un hueso duro de roer o un cacho de pan, sea como sea, se que me querrá igual porque soy una enchufada, soy su mamá y eso tiene que dar más nota, seguro.
La carrera más larga de mi vida tiene fecha de inicio y no se le ve el fin. La carrera más larga de mi vida es/será ser madre. No vamos a engañarnos, ya tenía ciertas ideas sobre este asunto, pero gracias a tener las tardes libres tengo más horas de reflexión y desde que estoy embarazada reflexiono mucho (de tal palo...). Para mi es todo un orgullo pertenecer a la Universidad de la Vida, esa en la que cada examen es más difícil que el anterior, donde algunos suspensos no son recuperables en Septiembre, donde las prácticas son las vivencias del día a día, aquella en la que no necesitas folios sino solo tomar apuntes mentales y tropezar dos veces en la misma piedra hasta caer de la burra y rectificar, donde tus compañeras y compañeros son tu familia y esas personas que aprecias que aportarán algo en 'tus estudios'.
Sí... me acabo de dar cuenta de que llevo 25 años en esta Universidad, y yo con 17 pensando que nunca entraría en una, qué ironía de la vida... Pero los años básicos están acabando y ahora empieza el Master o el Doctorado, ahora viene lo duro, lo bueno, las horas interminables para al final de la vida presentar tu Tesis. Mi Máster será mi hijo y los hijos o hijas que vengan detrás. Mi mejor profesor sin lugar a dudas, podrá ser exigente o blandito pero no lo sé, nos presentarán en Enero, justo en mi segundo cuatrimestre de la carrera académica (la de Magisterio) y entonces podré saber si será un hueso duro de roer o un cacho de pan, sea como sea, se que me querrá igual porque soy una enchufada, soy su mamá y eso tiene que dar más nota, seguro.
Todo este camino tendrá su recompensa, y no estamos hablando de un papelito firmado por nadie. La recompensa es ver como tu prole se hace una persona feliz e independiente que es el mejor regalo que se le puede hacer a un hijo. Sí, definitivamente va a ser una carrera dura, pero al igual que cuando era pequeña y empezaba el colegio, estoy deseando empezar. Sustituiré esos libros que tanto me gustaba por oler su piel de bebé, cambiaré la agenda por un simple reloj y el instinto, me olvidaré de comprar folios para tomar apuntes porque las lecciones quedarán grabadas a fuego y la emoción del reencuentro con los compañeros se quedará en nada en comparación con tenerte durmiendo a mi lado cada día.
Sí, me quedan 5 días para sentarme en una silla de universidad pero eso no es nada en comparación con los 150 días que me quedan para conocer a mi mejor maestro, mi hijo.