La Búsqueda


En toda pareja llega un momento en el que se desea pasar de ser 2 a ser 3 o más. La decisión de ir a por un bebé es fruto del amor, del consenso y de la madurez de ambos ya que es una situación que va a cambiar el resto de nuestra vida, poniéndola patas arriba para no volver patas abajo nunca. Vivir el proceso puede ser un momento bonito y tierno pero en ocasiones puede convertirse en una obsesión.

Por supuesto también hay parejas que no pasan por 'la búsqueda' porque su pequeño tesoro surge de un despiste, un descuido o una noche de pasión.

En mi caso peco de pesada y al final, en vez de esperar hasta Enero de este nuevo año, decidimos tirarnos a la piscina en pleno Septiembre. Soy un típico tópico andante: mujer, maestra y con un deseo inmenso de ser madre. Mi profesora de Sociología os lo hubiese confirmado sin ninguna duda. Todo esto no surge de la sociedad patriarcal que nos rodea donde la mujer tiene el rol de 'cuidar de los demás' en todas las facetas de la vida (esto sin duda es lo que hubiese dicho mi profesora). Sin embargo desde que era una niña siempre he tenido claras dos cosas: mi profesión y ser madre antes de los 30.

No concibo una vida sin estar rodeada de pequeños a mi alrededor y eso implica la parte laboral y la personal. En la laboral ya me he visto recompensada, trabajar con niños es agotador y encantador a partes iguales, ellos saben hacerte sacar una sonrisa en un mal día y saben sacarte una cara seria un buen día. Pasas tantas horas con ellos como sus familias en muchas ocasiones y eso produce un vínculo especial.
Pero volvamos al tema...

Nuestra primera búsqueda fue corta, apenas un mes y medio y ya habíamos obtenido un primer resultado. Un positivo clarito, una ilusión. El sentimiento de haberlo logrado era tan grande.... Me sentí afortunada por la rapidez porque sin duda sé cuantos años en balde pasan muchas parejas donde la búsqueda puede ser casi una tortura cuando pasas mes tras mes de vacío y tus amigas o conocidas te van anunciando sus embarazos. Sin embargo, mi gozo en un pozo puesto que aunque la búsqueda fue rápida se me fue un angelito al cielo, una estrella más iluminando la noche.

Muchos meses después, pruebas, un bioquímico vimos de nuevo brillar el sol un 17 de Mayo, Día de las Letras Gallegas. Con incertidumbre, con miedo e ilusión contenida nos embarcamos en la nueva aventura sin saber a donde iríamos a parar. Hoy tengo a mi pequeño en brazos, un pequeño príncipe de inicial D, que llena nuestras vidas desde su nacimiento. Ya no concebimos nuestra vida sin él.

Solo deseo que a todas las demás os salga igual de bien.



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